Y es cierto, el conjunto de Carlos Burillo ha practicado un buen juego ofensivo, ha desplegado una contundente formación defensiva, le ha faltado instinto matador en el último pase o en la definición y se ha visto arropado por los suyos en el municipal caspolino, pero la mínima duda ante el adversario, ha propiciado el naufragio.
En todo caso, como bien dice el técnico local, tiempo habrá de hacer balances porque ahora, todavía, la pelota está en movimiento. Y el domingo a las cinco y media, nuevamente en los Rosales, la magia del fútbol tiene su cabida sobre el terreno de juego.
El próximo rival caspolino es la Sociedad Deportiva Ejea, uno de los cuatro aristócratas de la Tercera División, que forma, junto a Borja y Robres, el trío de los sesentones. Mucha diferencia, pues, entre los dos contendientes del domingo en la tabla clasificatoria: los de casa con veintitrés puntos y los visitantes con treinta y nueve más.
Pero la Sociedad Deportiva Ejea tiene una debilidad esta temporada, lleva diez partidos sin ganar en sus desplazamientos. Concretamente, desde el veintidós de octubre, seis meses sin sumar todos los puntos que disputa lejos de Luchán.
Por lo concerniente a anteriores enfrentamientos. En la primera vuelta, el CD. Caspe logró sacar un punto de Ejea merced a un gol de Marian cuando el tiempo agonizaba y en temporadas anteriores, los treinta partidos jugados en la Ciudad del Compromiso entre ambos clubes dan dieciséis victorias a los locales, diez de ellas jugando en categoría Nacional.
El primer partido se desarrolló en la temporada 55/56 con resultado de cero a seis y el último, en la 14/15, con empate a cero como marcador final.